miércoles, 29 de junio de 2016

Lo Morfina no quita lo Montejo I...


...De no verla llegar ya desconfío, 
y más me tarda cuanto más la ansío
y más la ansío cuanto más me tarda"
Julián del Casal 

Hace aproximadamente dieciséis años comencé a utilizar el sobrenombre de Morfina Montejo, casi  la mitad de mis años, la mitad de mi vida...no sé si siempre me pongo un poco sentimental cada que cumplo años, mas es bueno recordar de dónde se viene: puedo levantar la mirada, y ver las estrellas, puedo hacerlo hacia abajo y reconocer las raíces.  
¿De dónde vienes, hacía dónde vas? 
Recuerdo una frase que escuché en la infancia en una misa: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás." Me impactó mucho. No me quedaba claro a qué se referían con "Tierra", pues yo me imaginaba el planeta y no la tierra como camposanto de parábola ¿y el polvo? sin duda alguna era polvo estelar. No podía ser de otra manera.  
Hoy día sabemos que sí, en verdad provenimos de las estrellas, hay varias teorías, como aquella que indica que la vida llegó a la Tierra viajando en un meteorito... o para la banda que prefiere lo New Age, pues está la versión de que nuestros hermanos mayores nos colocaron aquí. Los conspiranóicos dirán que los Anunaki; también están los clásicos, que nunca pasan de moda, cuya interpretación indica que el todo poderoso modeló con barro a un hombre y a una mujer para que luego  su descendencia poblara la Tierra. 
Al fin y al cabo, todo apunta a la Exogénesis y, por razones muy concretas que no son menester a tratar el día de hoy, puedo decir que mirar al cielo me ha brindado paz desde siempre, o al menos desde que tengo memoria y también puedo asegurar que, gracias a ello, sigo hoy día entre los mortales, disfrutando de la vida. 
En especial, desde siempre he preferido el cielo nocturno, limpio y despejado, mirar las estrellas e imaginar que en cada una de ellas hay una posibilidad: 

"Si sólo estamos nosotros, cuanto espacio desaprovechado"

Palabras interesantes que emplea el personaje interpretado por Jodie Foster en la película "Contact" (1997). En fin, me he desviado un poco del tema, cosa que me pasa seguido, mucho más de lo que yo quisiera. Al final, todo tiene un por qué.  


LO MORFINA

Entonces, decía que, adopté el rol de Morfina Montejo en la juventud, la primera vez que me pidieron firmar con un seudónimo, me vinieron a la mente esas dos palabras. No de la nada. 

Julián del Casal (1863-1893)
Hacía no mucho, había escuchado en un programa de radio las referencias de algunos personajes que habían muerto de una manera muy peculiar: ataques de risa. Entre ellos, llamó mi atención Calcas, augur de la mitología griega, quien predijo su propia muerte y al creer que había vencido a ésta al llegar el día señalado, sufrió un ataque de risa, tan implacable que terminó con su vida. Así de irónico.

Otro personaje fue Julián del Casal, poeta cubano del movimiento modernista. Honestamente, no soy su fiel seguidora; no conozco su obra en totalidad, ni mucho de su vida, mas se decía que trataba de emular a Baudelaire, no sólo en la "morbosidad" de sus letras, sino  en el uso de estupefacientes...que a ciencia cierta, a nadie consta si en verdad era consumidor, o sólo era un escaparate dentro de su imaginario  para evadir la realidad que vivía en Cuba y su deseo ardiente de visitar París, propósito que nunca se materializó, quizá porque temía sufrir un desencanto al llegar y mirar que la ciudad no respondía al llamado de sus sueños; además, Julián murió poco antes de cumplir los treinta años, a causa de una hemorragia provocada por un ataque de risa. Cuenta la leyenda que le invitaron a cenar y alguien en la mesa contó un chiste...espero que haya sido jodidamente bueno. Seguramente le faltaban muchas cosas por hacer, o quizás no. Así es la ironía de la impaciencia por formar parte del club de "los malditos". Dicen que su vida fue dura desde la infancia y que creció mal, como sea, no soy un juez. Para mí, lo realmente trascendente de este programa radiofónico fueron los poemas recitados: "Las horas", cuyo fragmento final es con el que se inicia la entrada de éste post y "La canción de la Morfina", en donde la sustancia nos habla en primera persona con una voz tanto frívola como simpática.  
La morfina es una sustancia sintética derivada del opio, descubierta a principios del siglo XIX por el químico alemán Friedrich Sertürner y nombrada así por él mismo, aludiendo a Morfeo. El locutor del programa mencionó la posibilidad de que Julián hubiese probado alguna vez la morfina, sin necesidad de ser adicto. Todo parecía tan... mágico. Alcancé a rescatar algunos versos aquella ocasión, por fortuna, hoy día se pueden hallar en la red  (como casi cualquier cosa). 

                                  

La canción de la morfina

Amantes de la quimera,
Yo calmaré vuestro mal:

Soy la dicha artificial,

Que es la dicha verdadera.



Isis que rasga su velo
Polvoreado de diamantes
Ante los ojos amantes
Donde fulgura el anhelo;

Encantadora sirena
Que atrae, con su canción,
Hacia la oculta región
En que fallece la pena;

Bálsamo que cicatriza
Los labios de abierta llaga;
Astro que nunca se apaga
Bajo su helada ceniza;

Roja columna de fuego
Que guía al mortal perdido,
Hasta el país prometido
Del que no retorna luego.

Guardo, para fascinar
Al que siento en derredor,
Deleites como el amor,
Secretos como la mar.

Tengo las áureas escalas
De las celestes regiones;
Doy al cuerpo sensaciones;
Presto al espíritu alas.

Percibe el cuerpo dormido
Por mi mágico sopor,
Sonidos en el color,
Colores en el sonido.

Puedo hacer en un instante
Con mi poder sobrehumano,
De cada gota un océano,
De cada guija un diamante.

Ante la mirada fría
Del que codicia un tesoro,
Vierte cascadas de oro,
En golfos de pedrería.

Ante los bardos sensuales
De loca imaginación,
Abro la regia mansión,
De los goces orientales,

Donde odaliscas hermosas
De róseos cuerpos livianos,
Cíñenle, con blancas manos,
Frescas coronas de rosas,

Y alzan un himno sonoro
Entre el humo perfumado
Que exhala el ámbar quemado
En pebeteros de oro.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .



Quien me ha probado una vez
Nunca me abandonará.

¿Qué otra embriaguez hallará

Superior a mi embriaguez?



Tanto mi poder abarca,
Que conmigo han olvidado,
Su miseria el desdichado,
Y su opulencia el monarca.

Yo venzo a la realidad,
Ilumino el negro arcano
Y hago del dolor humano
Dulce voluptuosidad.

Yo soy el único bien
Que nunca engendró el hastío.
¡Nada iguala el poder mío!
¡Dentro de mí hay un Edén!

Y ofrezco al mortal deseo
Del ser que hirió ruda suerte,
Con la calma de la Muerte,
La dulzura del Leteo.


¿Cómo resistirse a tal encanto? En ese momento, yo misma quería ser la Morfina...pero ahora me siento afortunada de que existan las segundas partes.
Continuará...


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