lunes, 6 de abril de 2015

Quo Vadis?

Voy hacia mares más honestos y la Tierra se encapara. 
He aprendido a amar los momentos de oscuridad, pues sólo así pueden lucir su brillo las estrellas.
Afortunadamente el cielo, mi mente y las circunstancias se encuentran despejados ésta noche, lo cual permite hallar respuestas.
La respuesta estaba allí, lo que faltaba era la pregunta. La respuesta la había dejado yo misma, escrita en una hoja amarillenta, con una cara sonriente. Le saqué de entre los escombros, junto a los botes de pintura seca. Habían pasado ya muchos años y estaba destinada y lista para ser arrojada a la basura; me detuve un momento para leer…era una respuesta, esperando a que apareciera su pregunta, la cual, obviamente no existía en el pasado, pues era en éste presente cuando yo la necesitaría. ¿Cómo lo supe? El corazón no se equivoca; es porque, en el fondo sabía que me encontraría aún en el camino, cual decreto funesto, buscando, siempre buscando.
Me pregunté si existe ese lugar, o si me encuentro en éste camino que me hace recorrerlo hasta el cansancio, llevándome siempre al mismo lugar, sin saber si es el punto de partida, o es el final mismo.
-No lo hay. Tú lo haces eterno; sólo recuerda que nadie más, sólo tú, y nadie más que tú, eres responsable de tu realidad, lo cual es hermoso, pues te hace libre de cambiar cuantas veces quieras. Crea una realidad junto a esto. Sé siempre real.







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