lunes, 1 de agosto de 2011

DE LA OBSESIÓN

PIGMENTOS DE SOLEDAD
(Morfina Montejo)

Mis párpados eran suaves y blancos pétalos,
hasta que los teñiste de rojo;
aquel frío carmín susurra a mi oído
y recita bellas palabras
que hieren a mi ingenuo corazón,
el cual, volverá a caer en tu llanto,
en esos falsos mares
donde se hunde mi sonrisa
y se ahogan mis anhelos.

Mi voz recorre los muros sin sentido
y el eco nadie lo escucha,
ni siquiera mis oídos,
porque es un falso silencio,
porque grito y suplico sin decir nada;
porque las mentiras que bebo de tus labios
me saben a verdad
y disfrazas nuevamente de blanco
al siniestro carmín.

Tiño con mis lágrimas tu pecho
y a pesar de no ser transparentes,
finges no verlas.

Mi ser desnudo
volverá a ser víctima de tus violentas caricias,
de tu amor enfermo.
El frío y cruel carmín
recorre una vez más mi cuerpo,
que estará manchado por siempre.

Volveré a caer
con una ciega mirada
que busca las palabras adecuadas,
las mismas que utilizas 
para que mi cuerpo deje de temblar
cuando mi ser se tiñe de miedo.

Pero nadie nos escucha,
porque no dices nada,
porque yo no digo nada.

No sé a quién temo más:
A tí
A mí
O a la soledad.



 

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